Hablar del Partit Socialista Unificat de Catalunya -PSUC- es hablar de la historia de la clase obrera en un contexto muy adverso. La Guerra Civil española.
Muchas son las historias que se pueden contar. Muchos los testimonios de un partido que le plantó cara a la represión de la dictadura franquista. Y no solamente en Catalunya, sino a nivel internacional. Entre estos testimonios, quería recordar el de Julián Grimau. Un destacado militante del PSUC que murió en dependencias policiales y en circunstancias que aún hoy…no se han esclarecido. Después el régimen de Franco (con Manuel Fraga fundador de AP hoy PP) hicieron el paripé con un proceso judicial, donde no hubo ningún tipo de garantías. Fusilaron a una persona que apenas estaba con vida, ya que de facto, murió en dependencias policiales.
Un elemento que caracterizó sobremanera al PSUC en plena Guerra Civil, consistió en la defensa no solamente de la clase obrera, sino también de los pequeños y medianos comerciantes y empresarios catalanes. Frente a la falsa colectivización que los anarquistas de la FAI y la CNT infringieron tanto daño, no solamente a la unidad de acción de las fuerzas progresistas, de izquierdas, sino muy especialmente al gobierno legítimo de la República española.
Tras el final de la Guerra civil, llegó la represión y la clandestinidad. El PSUC jugó un enorme papel contra la dictadura franquista. El periódico de referencia «Treball» , que jugó un papel crucial durante la guerra civil, jugaría durante la dictadura una luz de esperanza, conjuntamente con la emisora «Radio Pirenaica».
Con la llamada Transición democrática, el PSUC, al igual que el PCE fueron legalizados. Y no fue algo sencillo o regalado. Millones de personas en las calles gritaban y reclamaban «Llibertat, Anmistía, Estatut de Autonomía». De tal forma que en las primeras elecciones democráticas de 1977, el PSUC logró ser la segunda fuerza política más votada en Catalunya con más de 558.000 votos.
Y así llegó 1982. Tras el intento golpista de Tejero, Milans del Bosch, Armada y otros militares. El PSOE obtuvo mayoría absoluta con 10 millones de votos en toda España. El PSUC quedó relegado a la 4ª posición en Catalunya con poco más de 150.000 votos.
Posteriormente se celebró el Vº Congreso del PSUC, donde se vivió uno de los peores episodios de ruptura que en una organización política de izquierdas y de clase podría soportar. La división fue horrible y tuvo consecuencias no solamente políticas sino sobretodo de carácter personal para muchos de aquellos y aquellas militantes que lo dieron todo durante muchos años. Hubo purgas, expulsiones, ostracismo.
Da igual señalar o no quienes fueron. Lo que hay que señalar es que aquella ruptura, aquella división favoreció y mucho a las derechas. Muy especialmente a las nacionalistas burguesas catalanas.
Y al final, al igual que el PCI en Italia, el PSUC desapareció. En el cierre, para pagar las deudas contraídas con las Cajas de Ahorros para sufragar los gastos electorales, tuvieron que vender el patrimonio artístico y cultural legado por pintores como Tàpies, Brossa entre otros.
Un final muy inmerecido para lo que en realidad fue un gran partido catalán. Comprometido con su gente, con su pueblo, con el país. El PSUC realizó un esfuerzo descomunal para que hoy tengamos más libertad que en los 40 años de dictadura fascista en Catalunya y en España.
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